Este artículo es solo para sacar a la luz un mito: la Tarjeta Centurión de American Express, llamada también la Black Card, existe. Aunque no en Argentina, se la puede ver en países como Estados Unidos, Reino Unido o España. Los agraciados no son muchos: se calcula que solo unos 17.000 afortunados (por la fortuna en dinero) la poseen.
No es un plástico cualquiera. Es más, ni siquiera es de plástico. Esta conformada por una aleación de titanio y por esta razón no pesa mucho más que sus hermanas pobres. La poseen grandes empresarios, CEOs de multinacionales, figuras políticas de primera línea, profesionales y estrellas del deporte, la música y la pantalla… El espectro es amplio, y la única característica que los unen a todos ellos es su alto nivel de gastos e ingresos y un elevado grado de exigencia en los servicios que demandan.
Hablando de servicios, los ofrecidos por esta tarjeta prácticamente no tienen límites, tan solo los que las leyes le aplican. Algunos de ellos son:
- acceso a la ayuda de un asistente personal, disponible en cualquier lugar y en cualquier momento
- acceso a los “Club Centurión”, salas VIP que poseen algunos aeropuertos
- asientos especiales de primerísima clase en los vuelos, con beneficios exclusivos
- atención personalizada en hoteles de lujo
- toda clase de seguros incluídos, entre los que se destaca el seguro de vida por una suma de más de 6 ceros. Y en dólares, obviamente.
Otro punto importante es que no existe límite de crédito, ya que las personalidades importantes y, sobre todo millonarias, no lo necesitan. Todo lo contrario: el gasto mínimo anual no puede ser inferior a 250.000 dólares. Los costos de mantenimiento (porque nada es gratis) van desde U$S 1.000 anuales en Reino Unido hasta los U$S 3.900 anuales en Japón.
No es fácil entrar en este selecto grupo: no alcanza con tener mucho dinero. Para hacerlo solo cabe la posibilidad de una invitación por parte de “la tarjeta“. La cúpula de la compañia se reune para decidir al nuevo privilegiado y si esta persona puede acceder a dicho honor. Lo deciden, entre otras cosas, comprobando que reune todos los requisitos económicos que se ajustan al perfil pretendido.
Se trata de la tarjeta más prestigiosa, exclusiva y respetada del mundo, símbolo de distinción y de lujo para sus poseedores. Esto es en el extremo que, para algunos, no conseguir una de estas es un duro golpe para el orgullo propio. No es mi caso. Y creo que tampoco el suyo…
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quiero un novio que posea una jaaaaa
Sí existe en Argentina y desde hace bastante tiempo.